Se trata de una de las playas más escondidas de toda la Sierra de Tramuntana, lo que le otorga mucho encanto, y rodeada de algunas de las montañas más altas de Mallorca. De hecho, se distingue por su espectacular y agreste paisaje de montaña, y por sus olivos casi tocando el mar.
Las dimensiones de la playa son pequeñas, aunque nunca se masifica en exceso. Tiene 170 metros de largo y unos 30 metros de ancho., y no hay arena, sino cantos y gravas gruesas. Es por ello, que es recomendable traer zapatos de playa cerrados o deportivas. Tener también eso en cuenta al nadar o acceder al agua, pues hay rocas.
El agua siempre está clara y limpia, con tonalidades de diferentes colores. Ideal para practicar el buceo o snorkel. En el lado derecho hay un pequeño embarcadero, desde donde puedes saltar al agua, y donde hay una preciosa panorámica de la playa con el Puig Major al fondo.
Se trata de una playa bastante tranquila, ya que la mayoría de los turistas optan por ir a la cercana playa de Sa Calobra. Obviamente, durante los fines de semana hay más gente, pero aun así, sigue conservando todo su encanto.
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