De isla en isla en las Baleares. ¡Explorando Mallorca y más allá!

El archipiélago balear ha sido uno de los ejes fundamentales de la vida en el Mediterráneo desde hace milenios. Habitadas desde mucho antes de la época romana, las Islas Baleares son un auténtico paraíso natural que se encuentra a escasas horas de viaje desde cualquier capital europea. Por eso, cualquiera de estas islas se convierte en la escapada perfecta para los amantes de la naturaleza, la arquitectura, la historia… ¡y, por supuesto, la fiesta!

mallorca

En los últimos años, la fama de Ibiza y su intensa vida nocturna está logrando eclipsar a sus islas vecinas, pero las Baleares tienen mucho más para ofrecerte. La capital del archipiélago, Palma de Mallorca, es una de las ciudades con mejor calidad de vida del mundo, mientras que las islas menores como Menorca, Cabrera y Formentera esconden algunos de los parajes naturales más hermosos de Europa.

Las delicias de Mallorca

Lo ideal es comenzar el recorrido por Mallorca, no solo porque Palma tiene más conexiones aéreas que el resto de las islas, sino porque, además, es la isla principal y la más poblada. Con su estilo de vida agradable, su clima mediterráneo y todo tipo de servicios, Mallorca se ha convertido en la segunda casa de miles de europeos, y tú también puedes mirar en esta web para encontrar la tuya. ¡Las delicias de Mallorca te están esperando!

La Catedral de Palma es una de las más hermosas del Mediterráneo, no solo por su espectacular arquitectura gótica, sino por su extraordinaria ubicación junto al mar. ¡Además, es la catedral con el mayor rosetón gótico del mundo! Esta catedral se convertirá en tu punto de referencia para moverte por el centro de Palma, un casco urbano histórico por el que resulta una maravilla pasear, ir de compras o disfrutar de unas buenas tapas.

Pero, por supuesto, Mallorca tiene mucho más que ofrecerte además de su capital. Hacer senderismo por la Sierra de Tramontana te permitirá disfrutar de algunos de los parajes naturales más impresionantes de Europa. La isla entera está repleta de calas como la Cala Varques o la Cala d’Or. Y, si lo tuyo es la arquitectura, no puedes perderte el encanto modernista de Sóller, a solo quince minutos de Palma de Mallorca.

Ibiza: el corazón de la fiesta

A estas alturas, hay poco que no se haya dicho sobre Ibiza. Esta pequeña isla mediterránea se ha convertido en el auténtico epicentro de las fiestas en Europa, sobre todo para los amantes de la música electrónica. Podrás elegir entre discotecas y clubes como Amnesia, Pacha, Ushuaïa y muchas otras, conocer a gente divertida de todos los rincones del mundo, y, si tienes suerte, ¡incluso podrías cruzarte con David Guetta!

ibiza

Pero, por supuesto, Ibiza no solo es fiesta y vida nocturna. El casco antiguo de su capital es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y se encuentra coronado por un fuerte que le servía de bastión ante los ataques marítimos. Sus casas encaladas, sus callejones adoquinados y sus fachadas floreadas hacen de Ibiza uno de los lugares más encantadores de todo el mundo, así que también es una ciudad excelente para descansar.

La historia remota de Menorca

La fama de Mallorca e Ibiza hace que muchos viajeros y viajeras se pierdan los tesoros que se esconden en las llamadas islas menores. Buen ejemplo de esto es la isla de Menorca, que no solo cuenta con unos parajes naturales espectaculares –el Camí de Cavalls te permitirá disfrutar de los mejores paisajes de la isla–, sino que además tiene yacimientos milenarios que atestiguan la rica y extensa historia de las islas del Mediterráneo.

Uno de los más populares es Torralba den Salord, un antiguo poblado anterior a la época romana, que se mantuvo habitado hasta bien entrada la Edad Media. Conserva algunos de sus ‘talayots’ –construcciones características de los antiguos habitantes de Menorca–, pero la pieza más impresionante es sin duda la ‘taula’: una columna en forma de T formada por dos grandes rocas. ¡Un auténtico regalo para quienes disfrutan con la arqueología!

Los paraísos recónditos de Cabrera y Formentera

Cabrera, al sur de Mallorca, y Formentera, al sur de Ibiza, completan el conjunto de las Islas Baleares añadiendo un toque aún más exótico al archipiélago. Ambas son islas muy pequeñas y escasamente pobladas, que han sabido conservar su riqueza natural y que te ofrecen algunas de las experiencias turísticas más inolvidables.

playas de cabrera

En Formentera, gran parte de la actividad gira en torno al Estany Pudent, un lago salado que, además, ha sostenido durante años la actividad de los salineros. A diferencia de las islas mayores, Formentera se encuentra un tanto desertificada, lo que le da un toque especial a la tranquilidad que se respira en sus costas. La isla de Cabrera, por su parte, es algo más montañosa y verde, y su cercanía con Mallorca la convierte en un destino turístico ideal.

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